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martes, marzo 11, 2008

Elecciones

El domingo 9 de marzo fueron las elecciones presidenciales en España, y fui a votar. Contaré ahora cómo se hacen las cosas por aquí.

Los días previos a las elecciones te inundan el correo con propuestas de los diferentes partidos, y unas papeletas muy enigmáticas en las cuales no aparece el candidato a presidente, sólo a diputados y senadores. Es que España es una monarquía parlamentaria, por lo cual no se vota a presidente. Son los diputados quienes elegirán quién gobernará. Si no hay mayoría absoluta (y no la hubo), los partidos deberán realizar diferentes alianzas y concesiones para llegar a un acuerdo sobre quién presidirá el Estado. Algunas fuerzas políticas se presentan en conjunto para obtener más votos, y otras aparecen divididas (el PSOE es PSC en Cataluña, por ejemplo).

También llega por correo una notificación de dónde te toca votar, y en qué mesa.

Los diputados y senadores son totalizados por provincia. Supongamos que haya un diputado por cada 100.000 habitantes. Si en la provincia de Barcelona un partido recibe 50.000 votos, y en la de Tarragona otros 50.000, puede no conseguir ningún diputado, ya que no se suman los votos. Si otro partido recibe 100.000 votos en Barcelona pero ninguno en Tarragona, conseguirá un diputado, aunque la cantidad de votos sea la misma.

También hay que aclarar que el voto no es obligatorio. La participación fue más baja que en 2004 (probablemente porque ese año se quería castigar al PP por Irak, el Prestige, etc.), pero aún así llegó al 75%. Y que aquí nada se suspende por las elecciones, salvo la campaña política, que debe terminar dos días antes. Pero el sábado a la noche abren todas las discotecas, y el domingo hay fútbol (de hecho, fui gratis al Camp Nou por primera vez...).

Así que el domingo fui a votar. El procedimiento es realmente muy sencillo: va una papeleta en cada sobre, y los colores coinciden (sobre y papeleta ámbar para senadores, y blancos para diputados). Cada partido tiene una papeleta propia para diputados, pero para senadores hay una hoja enorme con unos casilleros en blanco donde uno debe marcar con una cruz aquellos nombres con los que se sienta identificado (agrupados por fuerza política).

Algo muy curioso es que todo es a la vista. La gente se agrupa alrededor de la mesa con las papeletas, recoge la que le guste a plena vista de los demás, la guarda en el sobre y va a su mesa, muestra el DNI y la deposita en una urna. Uno puede elegir por votar en secreto, de todas maneras, yendo detrás de una cortina. La boca de la urna está permanentemente tapada con una hoja, supongo que para que nadie se haga el listo y meta un sobre adicional.

El resultado de las elecciones fue que el PSOE + PSC (Partido Socialista Obrero Español + Partido Socialista Catalán) obtuvieron 169 diputados (la mayoría absoluta es con 175), el PP (Partido Popular) obtuvo 155, el CIU (Convergencia i Unió, un partido catalán nacionalista) 11, el PNV (Partido Nacionalista Vasco) 6 y otros partidos el resto. Esto en la práctica es una victoria para el PSOE de Zapatero, ya que ya casi nadie quiere aliarse con el PP.

¿Cómo lo veo? Agridulce. Me parece muy positivo que haya ganado el PSOE, con su política federalista (mayor poder para las autonomías), de derechos humanos (asistencia a quienes tienen que cuidar de una persona con algún impedimento, legalización de inmigrantes, matrimonio homosexual, etc.), socialista (como ha dicho un humorista, busca que el más rico no sea tan rico como para obligar a alguien a arrodillarse ante él, y busca que el más pobre no sea tan pobre como para tener que arrodillarse ante otro), legalista (regularización de inmigrantes, etc.), pacifista (España ahora sólo participa en misiones de paz, no en invasiones como la de Irak, se opone al imperialismo israelí, etc.), y de centroizquierdas (procura mejorar el funcionamiento democrático, se opone a la fusión de Iglesia y Estado, lucha contra la xenofobia y la discriminación a las mujeres, etc.). Zapatero ha cometido un par de errores, pero en general su gobierno me ha parecido excelente, y ha tenido que lidiar con una oposición muy destructiva, que desde el principio rechazó su legitimidad (diciendo que había ganado por mentir sobre el atentado del 11-M, cuando quien mintió fue esa misma oposición), y que puso todas las trabas posibles durante cuatro años. Algunas cosas no las ha podido terminar aún, como la aplicación de varios estatutos y de la ley de memoria histórica (que, entre otras cosas, beneficia a los argentinos nietos de españoles).

Lo agridulce viene por dos partes. La primera es que la izquierda (que aquí no es el comunismo anacrónico latinoamericano, sino otra cosa) ha salido muy mal en las elecciones. En parte porque muchos de sus votantes parecen haber preferido al PSOE (para evitar un triunfo del PP), y en parte como castigo por su mala gestión en la alianza tripartita en Cataluña.

La segunda es porque el PP ha aumentado en cantidad de votos, incluso en Cataluña. Si bien era previsible cierto resurgimiento después del voto castigo del 2004 (Aznar, el último presidente del PP, se alió con Bush y Blair en su invasión injustificada y mentirosa a Irak, cuando más del 90% de la población estaba en contra, y dijo que los atentados del 11-M eran responsabilidad de ETA y no de Al Qaeda), yo me esperaba cierto retroceso de la España que el PP representa. Para mí (ya sé que vendrán muchos comentarios, pero allí voy), el PP defiende la intolerancia católica (por lo cual se ha propuesto prohibir el velo islámico, el matrimonio gay, la educación para la ciudadanía, y al menos revisar la adopción por parte de parejas gays y el aborto), defiende el centralismo (o sea, todo gestionado desde Madrid), ha hecho una campaña en contra de los catalanes (con curiosidades como denunciar el estatuto catalán por artículos que han sido aprobados sin problemas en Andalucía, rechazar el traslado de agua de Almería por la sequía actual, atribuir rasgos de judío independentista a todo catalán que se cruzara, etc.), y ha defendido un sinnúmero de hipocresías, tales como:
- rechazar toda negociación con ETA, cuando Aznar negoció varias veces, incluso a través de un obispo (hecho que la Iglesia ha olvidado), y de hecho no sé cuál es la alternativa: ¿matarlos?
- hablar de "oleada" de inmigrantes, cuando entraban más con Aznar (que regularizó a algunos, aunque la sensación general entre los inmigrantes que llevan tantos años aquí es que más bien hizo la vista gorda, dejando que trabajaran pero sin darles ni siquiera la seguridad social)
- hablar de su preocupación por la economía, cuando ha estado tres años y medio insistiendo una y otra vez sobre ETA y el Estatuto catalán ("España se rompe"), y el crecimiento de España ha sido mayor durante el gobierno de Zapatero, y Aznar es responsable del descontrol inflacionario que fue la migración al euro,
- rechazar y denunciar como una locura el trazado del AVE por Barcelona, cuando fueron el PP y CiU quienes lo diseñaron (en palabras del mismo Rajoy, los planos fueron aprobados 8 días antes de ceder el poder a la oposición)
- insistir durante 3 años con el hecho de que ETA causó el 11-M, llegando a cuestionar a la justicia y entrando en muchísimas contradicciones y falsedades (Grupo Mondragón, Borax, etc.)
- haber difundido en algunos medios sus frases más extremas, pero cobardemente, sin hacerse responsable de lo que "periodistas objetivos" decían (como que los catalanes golpeaban a los que hablaban en castellano en las filas del cine, por ejemplo). Esto parece que seguirá sucediendo, basta escuchar a Losantos en la COPE (que por cierto ya ha pedido la cabeza de Rajoy).
- acusar al gobierno de rechazar el diálogo, cuando en mi opinión el mensaje del PP ha sido: "si no hacéis lo que decimos, no os apoyaremos en nada", como si fueran ellos quienes gobernaran.
- no censurar abiertamente el franquismo, declararse prodemocráticos y a la vez permitir que sus manifestantes lleven banderas de la época de Franco, además de oponerse tajantemente a la ley de Memoria Histórica.
- acusar a Zapatero de dividir y crispar a la sociedad española, dos actividades que en realidad les pertenecen (salvo que por "sociedad española" se entienda al sector más conservador de la misma). Y a algún que otro partido minoritario, es cierto.

En resumen, he ido a votar para cumplir con mi deber cívico y porque creo que con mi voto ayudo mínimamente a mejorar España. El gobierno no me ha dado dinero, pero me ha dado un país en el que me encanta vivir, y que parece que mejorará aún más. Espero que ahora tengan las manos un poco más libres para cumplir lo prometido.

Saludos...