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domingo, diciembre 31, 2006

Terminó el 2006

Recién terminó el 2006 en España, 4 horas antes que en Argentina. Desde aquí quiero enviarles un abrazo a todos los que me conocen, y también mis felicitaciones a Germán y Ana, que ayer se casaron a más de 10000 kms. de aquí. Les deseo lo mejor, me hubiera gustado mucho estar ahí.

Es común desear un 2007 mejor que el 2006. La verdad es que yo no me puedo quejar del 2006, que empezó con playa, Civilization IV y vida de verano. Después de algunos meses un poco áridos llegó la decisión de venir a España. Hacía muchos años que lo venía pensando: a los 17 ya soñaba con irme a otra ciudad de Argentina, pero cuando tuve la doble nacionalidad el horizonte se abrió. De lo que conocía, Ushuaia me parecía la mejor opción. De lo que no conocía, lo eran Grecia, Alemania, la República Checa... Aunque veía a España más bien como una puerta de entrada, la verdad es que es un lugar excelente para vivir, incluso si se hablara aquí otro idioma seguiría siéndolo. Estos últimos 6 meses fueron una de las épocas más felices de mi vida, y eso se lo tengo que agradecer a Barcelona enteramente, no tuve más responsabilidad en esa felicidad que organizar todo y subirme a un avión, yo no venía con ningún estado de ánimo especial.

Así que, al menos por ahora, me quedo aquí. En estos seis meses no he viajado mucho, aunque sí he viajado de la manera que me gusta a mí. Llegar a una ciudad y estar un día o dos viendo sus monumentos está muy bien, pero siempre preferí tratar de conocer su cultura, y para eso no es suficiente con ver La Comunidad. En este sentido, estuve los últimos meses conociendo esa parte de Barcelona que no se puede fotografiar pero que pasa a ser parte de uno. De la que se puede fotografiar todavía me quedan un sinnúmero de playas, el Pueblo Español, el otro castillo del Mont Jüic, barrios enteros, la Torre del Agua, edificios de Gaudí y otros modernistas, parques de diversiones, ramblas, etc. Esa es una Barcelona hermosa, pero no sería más que un amontonamiento de construcciones sin la otra parte de Barcelona, esa que desde el segundo piso de un bus turístico sólo se intuye.

Creo que debería trabajar de camarero, guía turístico, o cualquier cosa que me permita vivir en una ciudad diferente cada unos meses. De todas maneras, el trabajo actual está bueno porque me permite conocer muchísima gente de aquí. Y dentro de un par de semanas parece que nos van a trasladar a todos a un super piso nuevo en una zona muy comercial de Barcelona, y llevarán a ese lugar a toda la gente de Citibank y a todos los suecos y suecas que están en Aragón. Según me han dicho, es casi seguro que yo vaya ahí, aunque puedo influir en la decisión y quedarme en el lugar actual. Pero parece una buena oportunidad para practicar mi inglés...

Pasar el fin de año aquí está muy bien. Pero me hubiera gustado más estar en Argentina, diciembre era un mes especial por muchas razones. Pero estoy aquí. Agradezco cumplir los 30 en España, cumplirlos sin haber pisado nunca Europa hubiera sido muy angustiante. Una cosa es estar empezando una nueva vida, y otra muy diferente es seguir viviendo por inercia en una ciudad y una sociedad que me parecían tan hostiles antes como ahora.

Supongo de todas maneras que el 2007 será mejor que el 2006. Aunque ya casi desapareció la sorpresa constante que tenía los primeros meses, cada día vivo un poco mejor y disfruto con aquello que antes sólo me deslumbraba. Por ejemplo, cuando estoy aburrido, bajo en metro y paseo tranquilamente por calles que tienen cientos de años. O camino junto a lugares que, desprovistos de su majestuosidad, embellecen la ciudad. Ahora que lo pienso, nunca camino por la costa, prefiero las calles de la ciudad.

No me queda claro por qué escribí esta nota. Tal vez no debería haber tomado cerveza. En todo caso, mi intención era decir esto:

Espero que en este 2007 encuentres lo que estás buscando. ¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!

jueves, diciembre 28, 2006

Paseando

Estas últimas dos semanas no salí de Barcelona, aunque aproveché para caminar por sus calles. No llevé cámara de fotos, en parte porque iba a visitar zonas en las que estuve muchas veces y no esperaba encontrar nada nuevo (asumir eso aquí siempre es un error).

El domingo 17 bajé hasta Diagonal para ver si en La Pedrera había mucha gente. Aquí muchos lugares que normalmente son de pago durante el invierno pueden ser visitados gratuitamente, entre ellos La Pedrera, los domingos después de las 3 de la tarde. Pero como había mucha cola seguí rumbo hacia Plaza Cataluña. Me habían hablado de una calle comercial, paralela a las Ramblas, y a sólo 100 ó 200 metros de distancia, por la cual supuse que había pasado sin prestarle atención. Pero no, creo que nunca había estado ahí, y por las compras navideñas había una cantidad impresionante de gente, estaba todo el mundo allí. Es como la peatonal de Mar del Plata, pero unas cuatro veces más ancha, con la misma densidad de gente que dicha peatonal en verano, aunque todo el mundo estaba de buena onda ("de buen rollo") y tranquilo pese a ser invierno.

En el cruce con la Gran Vía estaban dos empleados municipales asegurándose de que tanto los peatones como los que iban en coche respetaran el semáforo, eso me llamó mucho la atención. Seguí caminando por el Casco Antiguo y el Borne, me metí en una galería bajo techo (aquí no he visto más de un par), y salí a la parte trasera de una iglesia enorme que tampoco había visto nunca, con un rosetón (ventana circular con vitrales) también enorme, llamada Iglesia de Santa María del Pi. No se podía entrar sin pagar porque había un concierto de música clásica, así que seguí camino por las calles semidesiertas del Borne (era día de compras, no de turismo). Caminé por la calle del Call, en la que pude ver restos de la muralla romana. Finalmente, ya no pude más de hambre y entré a McDonald´s, que era el objetivo del paseo, debo admitirlo.

El fin de semana de Navidad fue largo, ya que el lunes y el martes fueron feriados. Me quedé en la ciudad, y el martes 26 bajé para caminar por el Parque de la Ciutadella. Ya en el metro decidí empezar en el Hospital de Sant Pau, que sólo conocía fugazmente y por fuera. Es una construcción (de hecho, varias construcciones próximas) de estilo modernista, y está comunicado con la Sagrada Familia por una diagonal. Ya le sacaré fotos la próxima vez que vaya, pero al que visite la ciudad le recomiendo conocer este lugar, la fachada es impresionante (sobre todo la cúpula), y entre los edificios hay una placita en la cual uno se encuentra rodeado por edificios modernistas. Curiosamente, la fuga para los internos es muy sencilla, ya que pasando entre los edificios se puede llegar a la calle. De todas maneras, visualmente uno queda separado de la ciudad, sobre todo por los árboles y desniveles que mantienen oculto el mundo exterior.

Bajé por esa diagonal hasta la Sagrada Familia, cuya taquilla ya estaba cerrada, pero se podía pasar gratis a un lateral al que nunca había accedido. Ya prácticamente de noche llegué al Parque de la Ciudadella, sin mapa y sin perderme (todo un logro, incluso en la zona cuadriculada de la ciudad, creo que ya entendí cuál es el proceso para orientarse aquí). Aunque mi intención era pasear por ese lugar tan calmo en el centro de Barcelona, ya estaba empezando a hacer frío así que me metí otra vez en el Borne, di unas vueltas, caminé junto a un nuevo trozo de muralla romana (que conforma la parte trasera de una iglesia), vi a un malabarista en la plaza de la Catedral, y otra vez terminé mi recorrido en el McDonald´s.

Ayer miércoles bajé al centro para encontrarme con Mai, que me llevó por una zona que yo creía que había recorrido por completo. Error. Entre la calle comercial y las Ramblas, en esos 100 ó 200 metros, oh sorpresa, apareció una plaza con césped (en esa zona las plazas tienen baldosas). Esta plaza tiene una forma de cuenco y se la atraviesa por un puente. Mai me dijo que mirara lo que había a los costados del puente. Tumbas romanas al descubierto, ni más ni menos. Parece ser que las encontraron mientras excavaban para hacer un parking (estacionamiento), y aunque fue una lucha ardua la gente consiguió que se detuvieran las obras y se hiciera esa plaza ("de Madrid", se llama). Desde ahí nos fuimos a un bar hip (de moda), llamado Menàge à trois, pasamos por el FNAC (un Musimundo enorme), donde ofrecían por 15 euros un sistema para doblar la ropa (cuatro placas de madera unidas por bisagras), y regresamos al piso.

martes, diciembre 12, 2006

De paseo

El sábado 9 me fui a dar una vuelta por la provincia de Barcelona con Mai. Una semana antes ella había ido a pasar el fin de semana a un retiro para escribir sin distracciones el guión de un corto de cine, y una mañana de niebla descubrió una silla y le hizo varias fotos para enviarlas a un concurso de fotografía. Pero como su cámara no era profesional, quería ir nuevamente con una cámara mejor. Así que el plan era que yo la acompañaría hasta ese retiro, bastante alejado de Barcelona, sacaríamos las fotos por la madrugada y luego nos daríamos una vuelta por los pueblos y bosques cercanos.

Aunque el plan era levantarnos a las 6, recién salimos a las 8 y fuimos en su coche siguiendo el río Llobregat hacia arriba. Este es el mapa de la zona que recorrimos, aunque el trayecto no está marcado y no aparecen los caminos secundarios por los que fuimos casi todo el día:


Bajamos en Artés a desayunar. El frío que hacía, a esa hora y en una zona montañosa, era increíble (aunque yo no estaba muy abrigado). El frío tardó en llegar este año, de hecho lo normal es que todos los centros de esquí tengan nieve a esta altura de diciembre, y sin embargo todavía ninguno tiene. Es por este frío que no hay fotos de este pueblo (ni de muchos otros), se estaba tan bien en el coche...

Seguimos hasta Avinyó, que por cierto tiene una catedral muy bonita. En algún punto del recorrido saqué esta foto de un campo helado:


Llegamos entonces al retiro, que no sé en dónde quedaba. No había niebla, así que Mai no pudo sacar la foto que buscaba. La silla en cuestión no era una silla destartalada común, sino que nos enteramos que formaba parte de una serie de esculturas en metal que nadie movía desde hacía años. Aquí va una foto de la silla; el campo arado de la izquierda estaba hecho un barrial pero de todas maneras nos metimos por él para sacar varias fotos de la silla y los árboles.


Estas son algunas fotos de la casa del retiro:



Salimos de allí y nos internamos en caminos de montaña, asfaltados como todo aquí, y sin nada de tráfico. Yendo por estos caminos secundarios descubrí que Cataluña está llena de bosques intactos, y también hay trechos por donde el camino de cornisa bordea zonas demasiado áridas o escarpadas como para que haya vegetación. En algunos lugares la montaña había sido dinamitada para que pasara la carretera, y la tierra que se veía a los costados era casi siempre roja. Los bosques, por su parte, son bastante diferentes entre sí, sobre todo en lo que a colores se refiere, y priman el verde, el amarillo y el rojo.

Encontramos una zona donde aún no había dado el sol, y los hierbajos estaban congelados (aunque ya se veía el vapor que ascendía, no seguirían mucho rato así). Aquí nos bajamos para sacar algunas fotos:



A un costado del camino encontramos una casona antigua con un lago propio. Parece que sobran los lugares como éste en Cataluña, porque su interior había sido vaciado para que sirviera de galpón de maquinaria. Nos metimos en ella para sacar algunas fotos, las primeras desde un balcón de la planta alta.



En esta foto, también desde el balcón, se ve algo común en Cataluña. Aquellos terrenos que tienen una inclinación menor a algo así como 15 grados están todos cultivados. En cuanto el terreno supera esa inclinación están los bosques vírgenes:


Este es el interior del galpón con lago:



Desde afuera:



De allí nos apartamos de la dirección en la que íbamos para visitar Balsareny. Mai había estado filmando el pueblo hacía un par de meses, así que conocía a la cuidadora del castillo y quería visitarla. Así que luego de tomar un segundo desayuno en el pueblo subimos hasta un monte muy alto y desligado de otros montes, en cuya cima se encuentra el castillo.

No hay muchas fotos porque Mai prefirió que yo escuchara la explicación de la cuidadora mientras ella fotografiaba con su cámara. Como todavía no tiene el cable para descargarlas, subiré por ahora sólo las fotos que yo saqué.

La planta baja del castillo es del siglo X, mientras que la planta alta es del XIV. Tiene un patio central, que está hueco por debajo y funciona de cisterna. Cuatro columnas del patio están huecas y permitían acumular agua de lluvia en esa cavidad subterránea. En el centro del patio hay un aljibe para extraerla.

Recorrimos todas las habitaciones del castillo, aunque no pudimos subir hasta las flecheras (esas "ranuras" que fotografié en Girona). La sala que sigue cumplió varias funciones (establo, habitaciones, guarnición) hasta llegar a ser el lugar donde los niños pisaban la uva.


Al costado del castillo se encuentra una ermita del siglo XVII, usada como tumba funeraria por el dueño fallecido en 1976 y por otro anterior. En 1991, creo, sufrió un incendio debido a las velas que encendían los vecinos en el altar, así que ahora hay un cartel que prohíbe esto. Las piedras del interior están todas tiznadas, y aunque la cuidadora explicó que no tenían fondos para limpiarlas, para mí estaban mejor así (vale aclarar que toda la visita es gratuita, no estaba pidiendo nada). Este es el exterior de la ermita, con la puerta nueva (la anterior, en un lateral, se encuentra prolijamente tapiada).


Desde un alto en el camino de descenso saqué esta foto del castillo:


Y del pueblo de Balsareny, mucho más abajo:


Desde allí nos fuimos a una fábrica textil de principios del siglo XIX. Hay varias en el pueblo (y en todo el cauce del río Llobregat). Frente a la fábrica se alza esta otra ermita:


Aquí se ve lo que era la fábrica textil, con su chimenea típica:


En esa época se construían viviendas para los trabajadores de las textiles, contiguas a la fábrica. Las de esta fábrica en particular están siendo alteradas para convertirlas en pisos (departamentos) nuevos. El acceso está prohibido, pero nos colamos y nos metimos en los edificios, semiderruidos en su interior.


Aquí hay una cocina de época que aún no ha sido quitada. Como curiosidad, todas las habitaciones tenían lavamanos propio.


Mai se puso desde afuera a fotografiar a unos albañiles que estaban trabajando en el edificio contiguo, que previsiblemente la vieron y nos echaron amablemente.

Desde allí nos fuimos a almorzar a, si no me equivoco, Prats de Lluçanès, donde nos sirvieron unos bocadillos enormes. Seguimos viaje pasando por Olost y por unos bosques espectaculares (aunque el camino, sin banquinas ni miradores, hacía imposible detenerse). En una parte pasamos a través de una arcada inmensa que para mí sólo se justificaba si se hacía pasar al tren por lo alto, pero resultó ser simplemente el camino de acceso a una mansión de alguien muy rico.

Otro detalle que me llamó la atención son los conductos que pasan por debajo de la carretera para que fluya el agua de deshielo. Debido a que el caudal de agua es mínimo, no se los puede considerar puentes. Espero que quien haya viajado por caminos de montaña me entienda de qué hablo. En Argentina es simplemente cemento con un orificio que lo atraviesa. Aquí absolutamente todos están hechos con piedras, o al menos las tienen en la cara exterior, y queda mucho mejor.

Cuando llegamos a Vic, una de las ciudades más grandes de Cataluña, el contraste no pudo ser más fuerte. De los bosques y las carreteras solitarias pasamos a encontrarnos, en instantes, en una rotonda congestionada de autos y rodeada de edificaciones contemporáneas. Muchos turistas de todas partes estaban en la ciudad por el fin de semana largo (5 días). Leímos en un cartel que había un Mercado Medieval, y mientras buscábamos estacionamiento nos encontramos frente a frente con una 4x4 que no quiso retroceder. El conductor tuvo la pésima idea de mostrar desde lejos su placa de policía nacional gallego, así que de ahí nos fuimos a denunciarlo por abuso de poder. Esta es una foto desde la esquina de una comisaría:


Ya era casi de noche, así que no fuimos al Casco Antiguo, que por las fotos que vi parece que vale la pena, y nos volvimos por autopista a Barcelona. Lo que habían sido horas de conducir por caminos de montaña lo deshicimos en sólo una media hora. De más está decir que el viaje estuvo espectacular...

jueves, diciembre 07, 2006

Girona (2)

Continúo el post anterior sobre mi visita a Girona.

Ya no daba más de ganas de almorzar. En realidad había estado buscando, antes de subir a la muralla, un Mc Donald´s, pero no pude encontrar ninguno. Como los restaurantes son muy caros en Girona, decidí probar suerte en Bocatta, un fast food de bocadillos (sandwiches).

Ya regresando a la Plaza Independencia, saqué esta foto de la Catedral, desde su parte trasera:


Di la vuelta y encontré unas escaleras. No pude resistir la tentación de subirlas (en serio, no me dejé ni una):


He aquí la Catedral. La asimetría es muy extraña (no hay una torre equivalente sobre la derecha). El acceso - pago - a la Catedral se hace a través de un edificio colindante perteneciente al municipio (supongo que para que no parezca tan fuerte que te cobren por eso). Dentro de la Catedral, he leído después, además de la nave gótica más larga del mundo hay uno de los tapices más antiguos, del siglo XIII, con motivos religiosos y de unos 12 metros cuadrados. Bueno, creo que este es un lateral del edificio:



Esta plaza está enfrente de la Catedral, me pareció un lugar muy lindo:



Creo que esta es la puerta central (también cerrada, estábamos en horario de "cobrémosle al turista"):




Vista del frente, tomada desde lo más lejos posible, para que entrara todo en la foto:



Otra vez estaba en las calles paralelas al río. Los carteles me invitaban a ir a los Baños Árabes, pero mi estómago me llevó en la dirección opuesta. Igual fui haciendo zigzag.



Estaba en la zona del call judío, uno de los barrios judíos mejor conservados de España. Los judíos tuvieron su época de esplendor en el siglo XIII. En Barcelona llegaron a ser el 15% de la población. La decadencia para este pueblo llegó con los Reyes Católicos, que ordenaron la expulsión de toda la población judía luego de la derrota final de los moros.


Esto es una callecita del call. Por curiosidades del mundo del flash, el fondo se ve negro, aunque en realidad era una calle tan iluminada como la de la foto anterior.

Por si no tenían suficientes fotos de las casas colgadas, aquí hay otra más, creo que desde el puente de Gómez. Este puente tiene la particularidad de haber sido construido expropiando parte de la casa del tal Gómez, un rico industrial del siglo XIX. Así que cuando uno sale del puente pasa a través de una arcada que antes habrá sido una habitación de su casa.



Después de zamparme un frankfurt (pancho, en Argentina) con queso brie, patatas fritas y yogur de postre, me fui a caminar en dirección norte. Este cartel explica bastante bien el tema del Casco Antiguo. En el plano, la parte inferior es el río y la superior la antigua muralla.


Traducción: Sector de la muralla de la Fuerza Vieja, elemento militar de primer orden desde la existencia del primer recinto romano (s. I aC), muy reforzado por iniciativa del rey Pedro III el Ceremonioso durante la segunda mitad del siglo XIV. La fortificación medieval se situaba por encima de la roca natural que se alzaba unos cuantos metros por sobre la arena del río Oñar, hecho que va a mejorar la muralla romana, fortificándola, duplicándola o bien sustituyéndola.
A partir de los primeros años del siglo XVI este recinto amurallado devino interno y dejó de tener valor militar, cosa que dio lugar a la degradación del muro por causa de las necesidades de aquellos que vivían en contacto con él por dentro o por fuera, cuando la vieja fortificación ya no era otra cosa que una enorme pared medianera.


Sigo con el itinerario hacia el norte, bordeando por fuera el Casco Antiguo. No sé qué es esto:


Intenté ir a los Baños Árabes, pero ya eran las 15 y cerraban a las 14, así que quedará para otra ocasión. Parece que vale la pena, esta es una foto de Wikipedia:


Yendo hacia el norte, detrás de la Catedral seguí descubriendo lugares:


Aquí evidentemente pasa un pequeño río, seguramente cuando llueve o en época de deshielo:


Otro edificio:


Este es el Parque John Lenon (sic). Es bonito, pero más bien le saqué una foto porque el nombre me pareció muy extraño. Es una plaza muy angosta y, cómo no, llena de escaleras:


Aquí es cuando descubrí que todavía me quedaba muralla por recorrer:


Este trecho de muralla es complicado porque tiene una inclinación de 30 grados y no tiene escaleras, es una rampa de piedra de unos 200 metros, así que subirla se hizo arduo:


Esta torre no aparece en el Google Earth, así que no sé qué es. Sí sé que su estilo no pega con el resto de Girona, aunque también me gusta mucho:



Seguí subiendo la muralla. En esta zona había otra torre desconocida:


Intenté llegar a alguna de estas dos torres, metiéndome en el pequeño barrio de la zona. No pude porque las calles terminan en un portón de acero.

Para seguir con la tradición de Tarragona, aquí va la foto del gato local (en Barcelona creo que no he visto ni uno):


Esto creo que es el Museo Arqueológico de Girona, aunque no lo juraría:


Crucé otra vez el río seco:


Y llegué a una calle hermosa:




Esto creo que es el Convento de San Daniel, si no me equivoco mucho. Tiene más altura que la misma Catedral, aunque estar ubicado en un sitio de menor altura le hace perder en el resultado final:



Ya comenzaba a anochecer. Decidí ir al lugar donde confluyen el río Oñar y el río Ter, cruzando por otro puente:




Desde el mirador en la confluencia de los dos ríos, vista del barrio de Sant Feliu y del río resultante (creo):


Vista en dirección contraria.


Decidí subir por el margen del río Ter, y llegué al parque de la Devesa, que aparentemente es el más grande de Cataluña, con 40 hectáreas de plátanos de altura récord (ya que fueron plantados muy juntos). Para quien le guste pisar hojas secas, esto es el paraíso:






Saliendo del parque encontré esta rara estatua, de una pareja teniendo sexo, con un árbol en el medio de la espalda del hombre:




Ya de vuelta a la estación de trenes, saqué una foto de Plaza Cataluña. Al mediodía estaba llena de gente, porque había un mercadillo de venta de libros usados. Esta plaza está íntegramente sobre el río Oñar, es una "plaza-puente":


Bueno, de ahí me subí al tren (por no haber comprado el billete de Regional Express tuve que esperar una hora sentado en el bar, aunque como no hay revisores los domingos por la tarde probablemente hubiera podido regresar en el Express).

Girona es una ciudad hermosa, en particular su casco antiguo y las zonas cercanas al río. Como he dicho antes, se la puede recorrer en un día y, aunque hay que estar preparado para subir y bajar escaleras durante horas, vale mucho la pena. Creo que mis fotos no le hacen justicia a esta ciudad, que recomiendo recorrer. De todas maneras, lo ideal es alquilar un coche, porque en los alrededores hay lugares muy importantes y que no tienen tren, como Ampurias, Figueras, Cadaquès, la zona del Pirineo... Quedarán para la próxima.