Castillo de Montjuïc
El domingo por la tarde salí con un objetivo: llegar finalmente al Castillo de Armas de Montjuïc. Luego de comer un McPollastre en Sants (me arrepentiría toda la tarde de eso) bajé caminando hasta Plaza España, subí hasta el Palau Nacional y me metí por un camino que rodeaba el monte por el sur. Allí está este puente extraño, que aunque no se puede cruzar por él todavía se ven los escalones. Probablemente fuera construido para la exposición mundial de 1929, como casi todo lo demás de Montjuïc.
Un poco más adelante encontré un parque lleno de setos. Al fondo se ve otro camino por el cual nunca caminé.
Ese camino es, en esta parte, un puente.
Decidí entrar nuevamente por los Jardins de Laribal y el Teatro Griego para cortar camino. Estas son las Escalas de la Generalife, las de estilo andaluz y barandillas con agua que mencioné la semana pasada, esta vez de día:
Y este es el Paseo de las Esculturas, ubicado a la salida del Teatro Griego:
Esto, que a primera vista parece una tapa de alcantarillado, es en realidad una escultura de 1990, donde un crítico ve una referencia a los círculos dantescos del infierno, aquí rodeando al Arte. Por supuesto, esto lo averigüé después, en su momento no se me ocurrió que pudiera ser una escultura, tal vez porque no tiene volumen y está en el medio del camino:
Seguí caminando, y caminando, y caminando. Pasé junto al funicular de Montjuïc, que hubiera sido una buena opción de haber sabido que existía. Pero seguí subiendo, y subiendo. Pasé junto a varios parques muy prometedores, pero me dije que lo primero era llegar al castillo, en cualquier caso los vería a la vuelta (por supuesto, se hizo de noche antes). Ya empiezo a sospechar que no sólo Barcelona es infinita, sino que el Montjuïc también lo es.
Este es uno de los parques, visto desde arriba (¿se ve el lago artificial?):
Ya estaba lo bastante alto como para sacar un par de fotos de la ciudad:
En esta se ve, a lo lejos, la Sagrada Familia, que siempre sobresale:
Después de casi una hora y media de ascenso (no hay escaleras, uno tiene que seguir caminos más o menos serpenteantes), llegué finalmente al Castillo, ubicado en la mismísima cima del monte, a 170 metros de altura sobre el nivel del mar, unos 50 pisos.
Este castillo data del siglo XVII, con adiciones del XVIII. En 1842, desde aquí se disparó contra la ciudad debido a las revueltas que tenían lugar en Barcelona. Fue también utilizado como prisión hasta hace bastante poco. Durante y después de la Guerra Civil, aquí tuvieron lugar numerosas ejecuciones, incluyendo la del líder nacionalista catalán (extraditado por los nazis). Los catalanes no parecen tenerle mucho cariño a este lugar.
La cima del Montjuïc es bastante plana, y el castillo cubre toda la zona que da al mar. Hay numerosos cañones apuntando hacia el Mediterráneo, aunque también hay varios hacia la ciudad. El castillo tiene varias defensas, tanto para rechazar ataques marítimos como para resistir un asedio.
En esta foto, parte del puerto de Drassanes:
El puente de acceso al castillo, rodeado por fosos.
El foso derecho:
Y el izquierdo:
Esta es la entrada (gratuita) al castillo. Para ser más precisos, es la entrada a la parte interna de la fortaleza, el castillo en sí es lo que se ve arriba a la izquierda.
Apenas se entra a la fortaleza, esta sorpresa. Decididamente no iban a ponérsela fácil a los invasores.
Aquí se ve uno de los cañones que miran hacia el mar:
Y fue en este preciso momento en que las pilas recargables compradas la semana pasada se agotaron, después de sacar poquísimas fotos. Recordé a toda la comunidad china por un momento, incluso si me hubiera dejado sacar una sola foto al castillo me hubiera dado por satisfecho. Pero no. Así que tendré que regresar otro día.
Puedo adelantarles que lo que vi está alucinante, valió la pena la caminata y todas las caminatas que vayan a ser necesarias. De todas maneras creo que la próxima vez subiré en autobús y bajaré a pie, o podré correr alguna de las maratones que se hacen en el monte. Dicho sea de paso, están construyendo un teleférico que llega hasta muy cerca del castillo.
El cielo ya se estaba poniendo oscuro, y aunque tenía tiempo para entrar al museo (por 1 euro o 2,50, según cuánto quiere uno visitar), no quería bajar caminando Montjuïc de noche, eso de perderme en un bosque no me causa mucha gracia. Así que fui a paso ligero, yendo casi siempre hacia abajo, y en una media hora llegué al barrio de Poble Sec. Luego de una caña y un rato en metro regresé al piso para dejarme morir en el sofá mirando la nueva temporada de 24, que dicho sea de paso empezó con todo.