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viernes, abril 20, 2007

Manifestación

El sábado 24 de marzo fui a una manifestación por el derecho a una vivienda digna. Fue por la tarde, partiendo de la Plaza Cataluña. Aquí mis impresiones.

Había, antes que nada, mucha gente (ocupábamos al menos 500 metros de una de las avenidas más anchas de la ciudad), la mayoría con carteles, muchos hechos en casa, de cartón con una varita de madera. En esos carteles ponían frases ingeniosas, casi todas en castellano (y sin repetirse), ya recuerdo pocas, como: "busco político para compartir piso", "cambio riñón por tienda de campaña", etc.

No había tambores marcando un ritmo militar, sino un pequeño camión con unos altavoces muy potentes que pasaban buena música. Algunas canciones estaban grabadas con otra letra, más adecuada al tema de la manifestación, y otras la conservaban pero se volvían irónicas debido a las circunstancias.

Había gente disfrazada, recuerdo a unas piratas que abordaron un "barco": el carrito de supermercado vacío que llevaban unos desconocidos, y a unas monjas. También había gente mayor con sus cartelitos. La música y todo esto daban la sensación de estar yendo todos juntos por la calle hacia una fiesta en la playa.

A los costados había muchas camionetas de la policía, similares a las Traffic, con vidrios polarizados y unos diez policías dentro de cada una de ellas. Si había problemas, era muy fácil quedar encerrados. El mensaje era claro, pero innecesario.

Pronto llegamos al Consejo de la Vivienda, donde la camioneta de la música se detuvo, y un par de organizadoras dijeron algo en catalán por un micrófono. Como ya me cuesta mucho entender el castellano gritado por los altavoces, entender algo me resultó imposible. De todas maneras, no hubo ningún tipo de problema ni ataque al edificio, y pronto seguimos camino hacia Plaza Universidad.

En una esquina, desde los balcones de unos pisos bastante altos, varios vecinos hacían ruido con las cacerolas, y la gente les respondía con aplausos y gritos de aliento, a lo cual ellos hacían todavía más ruido, y la gente luego aplaudía más fuerte. Fue una especie de diálogo que pronto quedó atrás.

Llegamos todos a Plaza Universidad, donde hubo cierto problema de organización, y se nos pidió que esperáramos hasta que la pantalla gigante estuviera lista. Mai (mi compañera de piso) y yo nos fuimos a tomar un café y a dar una vuelta por la zona. Cuando llegamos de regreso ya no quedaba tanta gente, aunque la plaza estaba llena de gente sentada. En un escenario, la Especulación Inmobiliaria boxeaba contra la Vivienda, y alguien iba enumerando cronológicamente lo que había sucedido con el tema. Ya para cuando llegaron al 2005, y mencionaron el incremento de precios de ese año, Vivienda había casi perdido. Pero aparecen las primeras manifestaciones por este tema, cada vez más numerosas, y Vivienda termina ganando el combate.

Luego habló una chica okupa. En Barcelona (y en todas las ciudades grandes de Europa) hay fábricas y pisos ocupados, los más relevantes son aquellos sitios habitados por personas que montan talleres de enseñanza de cosas tales como el arte circense. Hace unos meses hubo varias casas recuperadas de manera pacífica por la policía (aunque hace un año unos musulmanes dieron pelea). La mayoría de los barceloneses, según encuestas, está en contra de la ocupación de propiedades ajenas, aunque puede llegar a estar de acuerdo si esta ocupación es de un lugar abandonado, contribuye a la cultura de la ciudad y no crea problemas a los vecinos del barrio.

Entonces tuvieron algunos problemas para reproducir vídeos en la Mac que estaban usando, finalmente los vimos, y como ya quedábamos pocos, el propósito original de terminar bailando en la calle quedó trunco. Tal vez la próxima.

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