Cantabria y Tàrrega
Navidades en Cantabria
Estas fotos ya son viejitas, son de las navidades pasadas, que disfrutamos mi hermano y yo con nuestra familia cántabra. Esta vez me resistí a sufrir otra vez el viaje con ALSA, así que hicimos algo más inteligente y que costaba casi lo mismo: ir en avión hasta Bilbao (a Santander es muy caro, Iberia monopoliza el trayecto), y desde Bilbao ir en autobús hasta Santander. En total, una hora de avión y una hora y media de autobús (contra 9 horas 40 de tortura en los viajes pasados). En Santander nos recibió Goyo, y mientras él le mostraba a mi hermano la costa de la ciudad aproveché para sacar unas fotos.
Después fuimos en coche hasta un pueblo contiguo, donde un río desemboca en el mar y las olas golpean con fuerza contra las rocas (estábamos un poco lejos, pero las olas eran realmente impresionantes):
Una foto con zoom a unas rocas lejanas:
En una taberna muy antigua vi este sapo... yo jugaba a esto de pequeño.
Creo que tengo alguna foto más en el móvil (ya las buscaré), de una iglesia decorada con estatuas poco santas (las gárgolas hacían de todo) y de unas ruinas romanas muy antiguas. La zona de Reinosa pertenecía en ese entonces a la provincia de Tarragona, que si miran en el mapa está muy lejos, pero la explicación es que está conectada por el Ebro.
Todo el mundo me recibió, como siempre, estupendamente, aunque la madre de Goyo estaba (y está) un poco complicada de salud. Dicho sea de paso, le debo una llamada a Goyo, si bien me entero de la salud de Paulina mediante mi abuela, lo mío es imperdonable y ya me da mucha vergüenza.
Un par de costumbres me llamaron la atención. Para empezar, en Navidades no existe ese suspense argentino de las 23:59, esa obligación de guardar silencio hasta la medianoche, ese respeto sagrado por el cambio de día (tampoco creo que Jesucristo haya nacido a la medianoche, ni hace 2008 años, ni en diciembre). La hora se pasa, y se hace un brindis un poco más tarde.
La otra costumbre, que espero que no se pierda, es la de bajar un par de horas antes de cenar a los bares a cantar canciones tradicionales, como las que usaban los campesinos de hace al menos un siglo para galantear con las mujeres. Se juntan en grupos y cantan al unísono las que se saben. Y cantan muy bien.
Ya me imagino los prejuicios de algunos, pero se equivocan: la gente de Reinosa con la que me he rodeado es muy culta y se puede hablar de todo con ellos. A mí me parece excelente que se mantengan las tradiciones, muchas no se contradicen con el progreso. Creo que es un error sacrificar el pasado en nombre del futuro.
Conservar las tradiciones es una actitud común a toda España, y tal vez a gran parte de Europa. La tradición taurina en Cataluña es un tema un poco espinoso, aunque pienso que no es porque sea una tradición, sino porque un animal sufre. A los niños catalanes les encanta el cagatío: consiste en conseguir un tronco grueso y corto, dibujarle una cara en una de las puntas, y golpearlo con una rama para que luego le aparezcan misteriosamente caramelos debajo. Otra tradición interesante es el caganer: un muñequito que representa a algún famoso (el Papa, por ejemplo) o a algún estereotipo (como el campesino) cagando. Durante las fiestas hay muchos puestos vendiendo ambos.
Sobre Reinosa no diré mucho más, salvo que aquella es una tierra de buena vida y buena comida. Cuando varios días más tarde regresé a Barcelona, sentía que había engordado 5 kilos (de todas maneras, ya los perdí, soy así).
Fin de año en Tàrrega
El fin de año lo pasé en Tàrrega, una de las ciudades más importantes de la provincia catalana de Lleida (pero que sólo tiene 16.000 habitantes). No había ido nunca allí, y la verdad es que me fui casi sin conocerla: llegamos de noche (y con una niebla muy cerrada), y nos fuimos de día pero con una niebla que tampoco dejaba ver nada. Parece ser que es típico que en invierno haya una niebla permanente y en verano un calor insoportable. No se preocupen, ya he hecho yo todos los chistes, hasta hablar de la película Los Otros. Además hacía un frío increíble, de varios grados bajo cero, y con la humedad obviamente al 100%. La fiesta era en el piso de un amigo de mi novia, un lugar espectacular y todo muy bien montado (no faltó comida, y hubo alcohol toda la noche), aunque el dueño nos hacía salir a fumar al patio (nos abrigábamos como para una excursión a Siberia). Al final se planteó un boicot y ya pudimos fumar en la cocina.
El centro histórico de la ciudad por la noche, con la niebla y las luces amarillas, era muy bonito y un poco melancólico, lástima que el frío era insoportable. A eso de las 5 de la madrugada entramos a una discoteca. Dos desconocidos empezaron a pelearse. Curiosamente, detuvieron la música y encendieron las luces hasta que se calmaron. Parece ser que hacer esto es lo acostumbrado, no hay guardias de seguridad.
En año nuevo sí se espera la medianoche. Por cierto, para quien no lo sepa, la tradición consiste en comer doce uvas, una por cada campanada. No lo logré, tendré que practicar para el año que viene, no es nada fácil. Otra curiosidad es que no se festeja con fuegos artificiales, aunque la pirotecnia sea tradición en Cataluña y Valencia. Esta parte de la fiesta queda para San Juan (23 de junio), donde la gente festeja el comienzo del verano y el verdadero cambio de ciclo.
5 comentarios:
Hola Fernando, llevo leyendo tu e-mail cerca de dos años, pero casi nunca escribo.
Me gusta mucho tu capacidad para observar y explicar.
Verás, estaba leyendo que programas en PHP y que valoras los trabajos que te permiten mejorar tu curriculum y quería saber si buscas trabajo estable.
Es que yo trabajo en una empresa muy importante y hay varias vacantes en las que podrías encajar.
No te doy más información por "confidencialidad corporativa", pero si te interesa encontrar algo estable sería interesante ver si encajas con algunos de estos puestos.
Es una buena empresa donde muchos hemos entrado por vías un poco raras. Yo conocí al presidente en un hotel, otro salió en la tele y contactaron con él, otro presento un proyecto y le dijeron que no pero le contrataron igualmente...
Nowanda:
Muchas gracias por tu mensaje, me sorprendió mucho recibir una oferta de trabajo a menos de 24 horas de haber dicho que sé PHP :). No es este mi lenguaje favorito (prefiero separar las capas de presentación y la lógica, y además prefiero lenguajes un poco más estrictos, como C++), pero si uno es organizado no está nada mal.
Si quieres te envío mi curriculum, mi email es fmdelvalle arroba gmail.com (para que me pases tu dirección en privado). Un trabajo estable me puede interesar, depende de la oferta. Para mí la estabilidad no es una prioridad, en parte porque hay muchos trabajos en Barcelona y en parte porque, por algún milagro, nunca me han echado de ningún sitio (en la UOC, un proyecto de un mes se convirtió en dos proyectos, y ahora han hablado de contratarme indefinidamente). Claro que tampoco me gusta mucho estar unas semanas en cada sitio, es muy estresante tener que demostrar lo que sé una y otra vez. Mis prioridades más bien son que haya un buen ambiente de trabajo y tener un buen sueldo (de hecho, tiendo a permanecer más tiempo en los empleos que me ofrecen sólo lo primero que en los que me dan sólo lo segundo).
De todas maneras, hasta el 24 de mayo tengo que permanecer aquí. Tal vez lo termine un poco antes, aunque esto parece depender de la buena voluntad de la gente de integración.
Si puedes, aunque sea dime en qué empresa es, la curiosidad es uno de mis puntos débiles :)
Saludos y gracias!!!
Muy buenas, me ha gustado tu blog, probablemente por ese pequeño narcicismo no individual que tenemos los catalanes.
Si me permites ser puntilloso (triquismiquis, que se dice en catalán), lo que se celebra en San Juan es que es la noche más corta del año. Aunque haya años que caiga un día antes o después.
Jordi:
Muchas gracias por la aclaración. Lo que yo quería insinuar era cierto paralelismo entre el Año Nuevo argentino y el San Juan español, donde más allá de las cuestiones astronómicas que se festejan, la actitud es más o menos la misma: han terminado las clases, comienza el verano, hay que disfrutar todo lo que se pueda. El Año Nuevo español no tiene esta alegría, y pienso que es porque cae en pleno invierno. Pero es sólo una opinión, y lo que dices es verdad.
Saludos!!!
Fernando
muy gratificante poder leer sobre Cantabria desde tu perspectiva. Un saludo desde la tierruca, vuelve pronto¡!
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